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Brasileño, pernambucano de Afogados de la Ingazeira, 56 años (viudo hay 11), 3 hijas, 4 nietas y un nieto, solitario, espiritualista

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domingo, 27 de dezembro de 2009

UN CALLEJERO EN LA CIUDAD DE JOÃO PESSOA

No es necesario un gran esfuerzo mental para intentarse entender la dura realidad de los habitantes callejeros de nuestro país. Y ahora que conozco ese aspecto de la sociedad por vivirlo en profundidad y en toda su crudeza no necesito invocar teorías para explicarla o justificar sus caracteres macabros.
Fui asaltado en la Avenida Epitácio Pessoa - capital de la provincia de la Paraíba, aquí en Brasil - en la noche de 13 para 14 de noviembre de 2008. Llevaron mi bolsa conteniendo todos mis documentos, tarjetas, agenda, dinero, 100 piezas artesanales para vender, herramientas y materiales para confección de otras 300 piezas, objetos y productos de higiene personal, reloj, óculos, un libro de Filosofía y dos cuadernos con anotaciones de viaje.
Registré el ocurrido en la 1ª Comisaría Distrital y los agentes me dijeron que era todo que podían hacer, pero me arreglaron un lugar para dormir y, por la mañana, tomé un baño (sólo con agua) antes de dejar el local.
Comenzaba en aquel momento una fase de peregrinación con experiencias inusitadas. Pedir ayuda a mi familia sería prácticamente imposible, pues mi madre moriría en el momento en que supiera y yo hube propuesto que pasaríamos juntos la fiesta de final de año.
Así, conecté para ella y, con el entusiasmo de siempre, le conté sobre la ciudad de João Pessoa, sobre el plan de ir para Recife y Maceió y de llegar a São Paulo en aquel plazo. Pedí y ella colocó la bendición con que, religiosamente, ha me bendecido al largo de mi vida: “Dios te haga feliz”. (No soy mentiroso, sólo omití una revelación dejándola para un momento más oportuno, cuando anduviera con la cabeza en el pego de ella).
Mis propósitos comenzaron a dar errados cuando dejé la playa de Majorlândia en Aracati, Ceará y seguí para Natal, la capital de la provincia del Río Grande del Norte. De allá embarqué para Tibau del Sur, con su decantada Playa de la Pipa, donde quedé por seis días. Comercio débil, sólo se oían reclamaciones; los compañeros se referían a los turistas como “duritas” (por estaré sin dinero). Nadie vende nada, pero los costos para mantenerse vivo son elevados – embarco para João Pesssoa y, en aquella noche, al volver de la Playa de Tambaú, fui asaltado.
El día 14, luego pronto, y los días posteriores, yo recorrí varios Órganos del Poder Público en búsqueda de ayuda. Fui a la Municipalidad, a la Cámara, Casa Civil del Gobernador y OAB (Orden de los Abogados de Brasil). Busqué el Ministerio Público, pero allá me fue dicho que en el MP sólo se cuida de casos de violación de los derechos humanos. Alegué que mis derechos estaban siendo violados y que, como persona, estaba siendo violentado, pues el Estado que debía cuidar de mi seguridad tenía desconocido su función y aún me hube abandonado durmiendo en plaza pública y pidiendo alimento de casa en casa para sobrevivir.
Durante 18 días me expuse involuntariamente al modo de vida que desconocía en la práctica y en la teoría repudiaba. Un modo de vida que siempre critiqué en defensa de mis semejantes, pues, si el Amor predominase y fuera evidenciado en plenitud tendríamos gobernantes efectivamente comprometidos con el progreso del Ser Humano y, por lo tanto, tales cuestiones no se desarrollarían alastrando por toda la sociedad. Pero, a consecuencia del nivel aún poco adelantado en que nos encontramos en la escala evolucionaria y en razón de vivir la fase conclusiva de el actual ciclo evolutivo asistimos al descalabro de toda la frágil estructura organizacional de la pobre civilización que creamos. Si tenemos violencia y corrupción de costumbres y valores debemos, obligatoriamente, reconocer que somos los únicos responsables, pues el mal es producido en medio del bien y va se diseminando lentamente hasta enraizar profundamente en la misma proporción en que es ignorado por las personas que debían y podían combatirlo desde sus manifestaciones iniciales.
Durante mi corta permanencia en João Pessoa dormí muchas noches en las inmediaciones del Mercado Céntrico, siempre junto los compañeros de desdicha. Las historias narradas por ellos son variadas y algunos son forajidos de la Justicia; soy el más viejo del y el más nuevo miembro a adherir a aquel tipo de vida. Gracias a la solidaridad reinante aprendo rápidamente a conseguir alimentos para el almuerzo y la cena; el desayuno ellos van a tomar en la tienda del Mano, prójimo la Estación Central de Ómnibus, que a la 8 de la mañana sirve uno pan con copo de refrigerante.
Descubrí inmediatamente en el inicio que el Poder Público no se presta a socorrer el ciudadano, es más fácil recurrir a la caridad de las personas. Un compañero me enseñó la no pedir comida en casa de pobre, pues casi siempre la familia va a dar de corazón abierto, sin embargo, repartiendo el poco que tenga a la mesa. “Pieza en casa de personas del alta sociedad, usted va a comer bien y no hará falta para ellos”, concluye él.
¡Caracoles! ¡Dio para ver relámpagos filosóficos riscando a calzada de la calle! Si él no leyó sobre la vida de iluminados como Santo Agustino o San Francisco de Assis debe haber incautado el raciocinio de Maquiavelo en “El Príncipe”, o, como mínimo, de Karl Marx.
Pero, en el área elegante de la ciudad las casas poseen muros altos, cercas electrificadas, perros anti-sociales, vigilancia particular motorizada; las empleadas sólo atienden por el interfono y muchas de ellas ya son terminantemente prohibidas de dar cualquier cosa sin el consentimiento expreso de la patrona que, invariablemente, “no está, salió”. El modelo social e económico que preconiza la concentración de renta y prioriza el incesante alargamiento del abismo entre las clases sociales es cruel y nefasto para con ricos y pobres, indistintamente. Para la mayoría desfavorecida el NO HABER es un dilema angustiante y lleva muchos a la práctica de delitos; para la minoría beneficiada el HABER es la causa consequente de las angustias y temores con que justifican el egoísmo feroz y la hipocresía, dos de los pilares de sustentación de esa sociedad moribunda prestes la desmoronar.
Camino por la Avenida Epitácio Pessoa con mi mochila verde a la espalda. Hay dos puestos de combustibles donde se puede tomar café gratis y llenar una botella con agua helada: el Puesto Metrópoli, en la esquina de la Calle Eugênio Lucena Neiva, en el Barrio de los Estados; y el Mastergás en la esquina de la Calle Jorge Faraj, Barrio Miramar. (Agradezco mucho a los operarios).
Un anciano está parado en la franja de seguridad para pedestres; es deficiente visual y usa un bastón. Me aproximo de él, ofrezco mi cooperación y, juntos, atravesamos conversando animadamente. Señalizo para los vehículos que reducen la velocidad permitiéndonos una travesía segura. Por esa avenida circula la fracción elegante - constituida principalmente por Corollas y Hondas Civic - de la flota de vehículos. Cien por ciento de los conductores y 99% de las conductores son bien educados en el tráfico, pero, en el general, una gran parte de ellos utiliza los paseos públicos de la avenida como estacionamiento particular (no importa el tipo de vehículo o las condiciones del paseo, ni siempre bien cuidado o pavimentado). La STTRANS (el Órgano responsable por el tráfico) me informó por teléfono que multa los infractores y, realmente, yo vi un agente de aquel órgano orientando un conductor bien a mi frente, pero la verdad es que no se percibe cualquier preocupación mayor en respetar la ley (los conductores) o de hacerla cumplirse (las autoridades). No basta parar y esperar que el anciano concluya la travesía, es preciso tampoco impedir que él transite libremente y en seguridad por el paseo público.
Pedir alimento de portón en portón exige paciencia y juego de cintura. ES un importante e indispensable ejercicio de humildad, tolerancia y resignación. Además, evidentemente, de enseñarnos mucho sobre amar y perdonar, sobre entender y discernir. Aprendemos mucho sobre el alma humana, sobre el comportamiento de las personas, sobre Política, Economía, Sociología, etc. Nos hacemos especialistas en el arte de la supervivencia (como si ya no lo fuéramos) y aprendemos también a desarrollar el sarcasmo, sin embargo, con una rápida presunción de elegancia. Cuando una voz femenina nos dice por el interfono que no tiene cualquier cosa para dar; cuando se ofrece la vasija por cima del portón y ella vuelve con sólo una banana pintad dentro; o de aquella vez que recibí un saco de papel con 15 panes viejos y duros entregue por la dueña de la casa con una sonrisa levemente irónico la modelarle el semblante simpático. Me sentí haciendo un enorme favor, pues, con certeza, si yo no hubiera aparecido, ella habría jugado en la basura aquel precioso repasto. ES “dando y recibiendo”, conforme enseñó mi padre espiritual, conocido como San Francisco de Assis.
Llevé algunos panes para engrosar el “Sopa de la Solidaridad”, distribuida de lunes hasta viernes, a partir de las 16,30 horas, en el Parque Sólon de Lucena donde, buscarse bien, se puede encontrar el busto del inolvidable vate Augusto de los Ángeles, uno de los exponentes de la cultura del Provincia de Paraíba que, en mi humilde comprensión, parecía escribir con el bisturí y no con la cañeta sus intensos y cortantes poemas.
Examino un ejemplar del Periódico Correo de la Paraíba y percibo lo cuánto los habitantes de aquella provincia aman su lugar de nacimiento. ES un buen vehículo de información, trata con profunda claridad y objetividad todos los asuntos abordados. Y no se encuentran en él ninguno de los errores de gramática que abundan en las propagandas callejeras de la capital. Podía perfectamente ser utilizado en las escuelas de todos los niveles como complemento pedagógico, finalmente, la mejor manera de aprenderse a escribir es dormir en el aula de Lengua Portuguesa (soy brasileño) y leer todo aquello que otros escribieron. ES así que yo vengo progresando lentamente.
Busco una emisora de televisión para exponer mi problema y denunciar el descaso del Poder Público para con los desvalidos. Un periodista me oye atentamente y concluye: “El consejo que yo puedo darle es que busque la ayuda de su familia”.
¡Excelente consejo! ¿Cómo no pensé en esto antes? ¡Yo soy aún un atontado! Cruz credo.
Dormir en paseo público tiene también sus ventajas: los insectos no aperrean; la brisa nocturna, con su perfume oceánico, nos acaricia ininterrumpidamente el espinazo como que intentando identificar aperturas para acariciar las partes más íntimas del cuerpo; el suelo es duro y, muchas veces, desnivelado, pero, todo bien, con lo profundizarse de la actual crisis económica alguien podrá pensar, un día, brevemente, en crear paseos públicos anatómicos; y es preciso estar despertado a la 5 horas, cuando la ciudad comienza a despertar y la vida, aún somnolienta, reinicia su doloroso, sin embargo, inevitable curso. Se corre el riesgo de ser incendiado por vándalos callejeros, pero, la Policía y los transeúntes no incomodan en respeto a la Constitución Federal que reconoce el derecho de ir y venir libremente a todo ciudadano. Y este derecho comprende lo de estar, de permanecer, conforme comprensión del Superior Tribunal de Justicia. Pero siempre aparece, tras la medianoche, un grupo de personas para sacudir el habitante y ofrecerle un plato de alimento ya frío, que podrá ser debidamente saboreado después de una corta oración de gracias. Y tiene también aquel sujeto que viene de madrugada en una motocicleta, ofrecer “hot-dog” (o sería cool-dog?) y que profesa una fe evangélica.
ES asimismo: arrebatado por la “acción fervorosa de las religiones” e ignorado por la exclusión espantosa del Estado el habitante callejero no consigue ni dormir sosegado.
Pero a las 19 horas es posible obtener una vasija de comida caliente ofrecida pela (¡pasmen!) Municipalidad, en la Casa de Acogida, situada en la Calle Almeida Barreto. Con la diferencia de ser todos los siete días de la semana, mientras los “Samaritanos de la Madrugada” sólo aparecen los días de su conveniencia.
Por su tamaño (600 mil habitantes) João Pessoa posee pocos habitantes callejeros y la mayoría de ellos es de personas que adoptaron la vagabundaje y petición como su nuevo "way of life". Tal vez esa constatación justifique la posición oficial de ignorarse el problema o de no llevarlo muy a serio, finalmente, son sólo casos embrionarios en gestación y que tutean como incentivo a la adopción de mecanismos de defensa que la propia sociedad reconoce como válidos y eficientes. No se considera, sin embargo, el hecho de que, concluida la gestación, los revenos vendrán a la luz y bien en el seno de la comunidad...
La Historia es irónica. En el inicio de la colonización de Brasil los portugueses venían para acá huyendo de las ciudades fortificadas de Europa, donde vivían prendidos entre muros. Llegando a la entonces Vila de Piratininga, embrión de la actual ciudad de São Paulo y encontrándola también fortificada, acababan demandando las regiones prójimas con sus familias para, finalmente, puedan acostar raíces en bonanzosas parajes. Actualmente, sin espacios para ocupar y desbravar, sin embargo, rodeados por mendigos, vándalos y ladrones la población se disimula en sus propias casas, erguiendo en vuelta de ellas palizadas modernas con cámaras de vigilancia, perros pit-bull, interfono, etc. Me acuerdo, sin embargo, de una residencia en la Avenida São Paulo donde, por dos veces, fui atendido, por cima del muro, sin, pero con respeto y prestémosla atención. Y de aquella casa de muro amarillo en el Barrio Tambauzinho donde, después de algunos minutos de aguardo, se abrió el portón y la pareja me sirvió la marmita deliciosamente preparada, una banana, una botella de 600 ml de jugo de fruta tropical helado y dos naranjas ya cortadas. Les seré infinitamente grato por tan expresiva generosidad.
Sabemos, sin embargo, que dar limosnas no resuelve ni ameniza el grave problema social de nuestro país. Necesitamos, sí, luchar por la edificación de una sociedad más justa y armonizada, a partir de la renovación de nuestros valores íntimos y de la reestructuración general del contexto social en que nos insertamos, fruto de nuestras maquiavélicas mentalizaciones. Ahí, sí, los políticos que vengamos a elegir tutearán en estrecha sintonía con los anhelos de la población porque, generados en medio del pueblo actuarán a su semejanza, practicando lo que aprendieron. Como hacen actualmente.

João Cândido de Silva Neto
(Escrito a la mano en el Parque Sólon de Lucena, João Pessoa, en 02/12/2008).

quinta-feira, 19 de novembro de 2009

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quarta-feira, 11 de novembro de 2009

ETAPAS DE La EVOLUCIÓN HUMANA

ETAPAS DE La EVOLUCIÓN HUMANA


Una antigua leyenda, surgida en la Caldeia, relata que Dios, al intentar crear el Hombre, modeló una imagen de barro y llevó al horno. Al retirarla notó que tenía tostado demás, quedando negra. Así fue creada la primera raza humana.
Una nueva imagen fue modelada y llevada al horno por menos tiempo, quedando púrpura. Y a partir de ella Dios creó la segunda raza, de piel roja. Y así, reduciendo el tiempo de exposición al fuego fueron creadas la tercera raza (piel amarilla) y la cuarta, actual, de piel blanca.
El relato es demasiado simplista, pero, el propio texto bíblico, desarrollado posteriormente, sostiene la misma explicación para el surgimiento del hombre en la superficie planetaria.
Intensos y profundizados estudios espiritualistas, desarrollados por diversas corrientes de pensamiento y utilizando variados métodos de investigación y observación, vienen, al largo de los siglos y, principalmente en las últimas décadas, buscando explicaciones cada vez más coherentes para ofrecer respuestas a las indagaciones. Sabemos, actualmente, que muchas verdades fueron tomadas como leyendas fantasiosas y, de otro lado, muchas leyendas y mentiras creadas fueron impuestas como verdades absolutas. Hay, sin embargo, relatos creados para disfrazar, o, por lo menos, hacer digerible, verdades que, por su carácter insólito, no serían aceptas o comprendidas por el pueblo. Son así las parábolas bíblicas y muchas historias y leyendas de conocimiento y dominio general.
Fue preciso que marineros asustados singlasen mares desconocidos en toscas carabelas de madera para comprobar que no existían monstruos marinos engullidores de barcos o devoradores de hombres; y que la Tierra no era cuadrada. Se afirmaba que la Tierra era el centro del Universo, hasta Nicolau Copérnico afirmar el contrario; y la Astronomía moderna mostrar que somos sólo una minúscula esfera rodeada por billones de cuerpos celestes a componer la extensión del Cosmos.

(Nuestro Sol es 1.300.000 veces mayor que la Tierra y está, en media, a una distancia de 150 millones de kilómetros. La estrella Capela es 5.040 veces mayor que nuestro Sol).

O, en las declaraciones de estudiosos esotéricos: El Sistema Planetario de Ors es compuesto por nueve planetas (ocho de ellos girando en torno al Sol); integra la galaxia Vía Láctea (Ruta Lechosa), componente del Universo Éfeso, uno de los siete universos que forman el Cosmos.
Se creía que nuestro Sistema Planetario se componía de seis planetas hasta 1781 cuando descubrieron el séptimo, 1830 cuando descubrieron el octavo y el noveno descubierto ya a finales del siglo XIX; y en ese inicio del siglo XXI constatamos que son sólo ocho. Hay décadas estudiosos espiritualistas afirman que nuestro sistema planetario se compone de ocho planetas girando en torno al Sol; aquel que se suponía ser un planeta es, en la verdad, una base intergaláctica construida por ingenieros siderales para dar apoyo a sus operaciones en esa parte de la galaxia. Hace cincuenta años ya se sabe que la Tierra es cueva, con muy grande subterráneo, y que la superficie interna es habitad por una raza pacífica, existiendo en perfecta armonía. Las extensas áreas de nieves que se conservan en los extremos Norte y Sur funcionan, también, como barreras naturales a impedir el libre tránsito de personas o vehículos en las dos direcciones; las aperturas para al espacio interior justifican el desvío en la brújula, que no apunta exactamente el Norte y el Sur.
Científicos buscan vestigios de agua en los cuerpos celestes más próximos, por considerarla el elemento primordial para existencia de vida, pero, de vida humana nos moldees conocidos aquí en la Tierra. No se ignora, sin embargo, la existencia de vida en niveles diferenciados de aquellos por nosotros conocidos en la tímida dimensión en que presentemente evolucionamos.
Estudios espiritualistas afirman sean casi mil los planetas de nivel comparable al de la Tierra sólo en esa galaxia; y que los mundos habitados con vida humana semejante a los niveles terrestres representan sólo 0,5% del total, constituyendo la parcela de nivel evolutivo más reculado del Cosmos. Reconocen los espiritualistas haber sido la raza humana actual implantada por el habitantes de la estrella Capela, considerados “jardineros del espacio”, de ahí los adeptos de la doctrina de Allan Kardec afirmar seamos “capelinos” (“Hagamos el Hombre a nuestra semejanza”).
Afirman estudiosos esotéricos que cada raza humana implantada en la superficie terrestre evoluciona según el régimen previamente elaborado y, en el final, es sustituida por otra con objetivos de progreso más elevados, cuando entonces el planeta se inclina 180º pasando el Norte a ser Sur, provocando la desaparición de la civilización.

En el caso de la actual raza, la cuarta ya implantada, esto explicaría la desaparición de Atlántida (3ª raza) y del muy gran continente (Pangea); y el porqué de varias regiones, inclusive en Brasil, ya hayan sido fondo de océano, poseyendo aún suelo arenoso y agua salobre. La inclinación de 180º altera también la polaridad de la raza, pues la civilización atlante tenía polaridad femenina, invirtiendo para el masculino en la raza actual y será nuevamente femenina en la 5ª raza, cuyos caracteres de comportamiento ya están listos.
Vivimos en tres dimensiones, que pueden ser así entendidas:

1ª – físico-etéreo, cuyo centro energético es representado por una rótula posicionada en el centro del cuerpo humano;

2ª – emocional, cuyo centro es el corazón, sede del alma y motor del cuerpo;

3ª – mental-concreto, cuyo centro energético se sitúa en el cerebro, sede de la inteligencia.

Todos los seres humanos ya tienen contacto, en mayor o más pequeño grado, con la INTUIÇÃO, puerta de entrada para a 4ª dimensión.
Por el físico-etéreo recibimos energía del espacio a nuestra vuelta y somos influenciados por energías provenientes de los astros y planetas próximos desde nuestro nacimiento en la superficie planetaria. La propia alma humana es pura energía concentrada, que sólo deja el cuerpo cuando este pierde la capacidad de acoger la vida. Santo Agustino ya hube afirmado en su libro Confesiones que “morimos todas las noches”, refiriéndose al hecho de que, al acostemos para dormir, los cinco reflexiones del cuerpo se relajan y se desarman, ocasión en que el alma, aún atada al cuerpo a través de centenas de lazos, goza de cierta libertad y se proyecta al espacio, yendo a desarrollar una vida de relaciones, prestar servicios y asimilar energía cósmica indispensable al enfrentamiento de las adversidades en ese taller de trabajo y aprendizaje que es el planeta Tierra. Y es por las cinco reflexiones que asimilamos energía, conocimientos e informaciones para alimentar los niveles Emocional (corazón) y Mental-Concreto (cerebro). Pero solamente por las palabras pronunciadas transmitimos lo que tenemos en el corazón y en la mente, a través de la emisión de sentimientos y pensamientos positivos (derivados del Amor) o negativos (derivados del Odio). Razón porque el Divino Instructor afirmó: “Por tus palabras serás justificado, por tus palabras serás condenado”.

Cada Ser, por lo tanto, tutee como su propio juez, pues cada acción y cada palabra quedan registradas en el éter cósmico, en cuenta individual, en una película individual registrando toda su existencia planetaria. Se reconoce que la vida es una sólo; las encarnaciones se suceden en la superficie, pues el alma no tendría condiciones de cumplir toda su trayectoria evolutiva de una única vez, utilizando un cuerpo físico que se desgasta por la acción inexorable de la rotación planetaria y otras intemperies del cotidiano.
Cuando nuestro planeta se inclinó 180º y Atlántida desapareció, un grupo numeroso de personas que no fueron alcanzadas por los desmoronamientos y explosiones permaneció reunido en la confluencia de los ríos Tigre y Éufrates, actualmente territorio de Irak. Después de una evaluación de los acontecimientos decidieron reorganizar sus vidas e iniciar las bases de una nueva civilización, con la misma paz y armonía ya conocidas. De ese grupo derivaron varios pueblos de la antigüedad que, diseminados por la región, dieron importantes contribuciones para el avance de la raza actual, destacándose, entre ellas, la cerámica, el vidrio, la escultura, los tejidos y hasta la cerveza. El propio rey Hamurab, de Babilonia, implantó un código de leyes tan avanzado para la época que hasta hoy nos causa admiración. Y fue en esa época y región que surgió la leyenda que da inicio a ese ensayo.
Se acepta la idea de la evolución progresiva de los cuatro reinos (mineral, vegetal, animal y humano) y reconocemos que la vida surgió y evolucionó a partir del agua, inclusive manteniéndose la proporción, pues la cantidad de agua en la superficie planetaria es proporcional a la cantidad de agua contenida en el cuerpo humano.
El mismo proceso evolutivo se aplica a los cuerpos humanos, pues el alma (espiritual) ocupa y anima un cuerpo de naturaleza animal, cuyo funcionamiento orgánico es propio del reino vegetal, poseyendo aún residuos del reino mineral (Hierro, calcio, etc.) a indicar que, en el proceso evolutivo, tendremos por el frente etapas en que los cuerpos irán, gradualmente, si depurando de las impurezas de la materia y el reino mineral será el prójimo a ser eliminado, del cual ya nos distanciamos bastante. A medida que vamos suprimiendo la influencia de la materia grosera, abrimos espacio para una mayor actuación del alma, en la elaboración de aspectos espirituales cada vez más amplios y elevados. Este proceso es acelerado cuando abandonamos el hábito de comer carne, despreciamos adicciones como alcoholismo y tebaísmo y reeducamos nuestro comportamiento ante la familia y la sociedad.
Paralelamente, la adopción de hábitos saludables a la salud del cuerpo y del alma y la implicación con lecturas y prácticas más espiritualizadas, que conduzcan el alma la reflexiones y su interiorización contribuyen decisivamente para el avance espiritual.
Para corroborar las afirmaciones de progreso evolutivo continuo acordemos lo que afirman los espiritualistas acerca de las etapas cumplidas y a ser cumplidas por cada raza:
1ª raza (piel negra): Desarrolló el plexo físico-eterio, que representa nuestro Sol-interior, llegando a alcanzar la edificación de las sensaciones y emociones;

2ª raza (piel roja): Evolucionó a partir de las sensaciones y emociones, llegando a alcanzar las emociones superiores;

3ª raza (piel amarilla): Evolucionó a partir de las emociones superiores alcanzando la inteligencia concreta;

4ª raza (piel blanca): ES la raza actual. Partiendo de la inteligencia concreta deberá alcanzar la inteligencia abstracta. Solamente los seres humanos que alcanzar el grado de aproveitamento previsto partirán para componer a 5ª raza; los demás serán transferidos para otros planetas, donde darán proseguimiento al proceso evolutivo, a partir del nivele en que se encuentren cuando de la transición (que ya se aproxima);

5ª raza: Partirá de la inteligencia abstracta y deberá alcanzar la percepción espiritual;

6ª raza: Evolucionará a partir de la percepción espiritual hasta alcanzar la Conciencia Cósmica.

A partir de la 6ª raza los caminos evolutivos prosiguen a través de etapas cada vez más elevadas, aún distantes de nuestra frágil comprensión. Si no comprendemos la vida humana en el nivel en que evolucionamos actualmente, no conseguiremos entender, siquiera, la vida en la aura del Sol que es, aún, un aspecto extremadamente pálido de la vida inalterable, o definitiva.
Conoceremos la verdad y ella nos liberará. Está escrito.

SANTO ANTONIO EVADIDO

SANTO ANTONIO EVADIDO

¡Hizo porque quise!
¡Todo el mundo aconsejó, hablando por una boca sólo: no vaya, renuncie a ese insigne convite, moza doncella que sirve de testigo en casamiento queda para custodiar los sobrinos, usted no debe ir!
¡Pero, no, encasquetó! ¡Temosa semejante mula cuando empaca en riba de carretera! ¡Puede castigarle y azotarle las ancas de más no poder que ella no sale del lugar! Queda allí, parada. No menea una oreja ni sacude el rabo. ¡ES un animal de grande serventía, pero, decidido en las actitudes! Pero, se sabe que en ese mundo tres cosas no tienen recurso: fuego morro la cima, agua morro a bajo y mujer cuando quiere. Pues ella hizo de esa manera, siguió el guión del escrito. Empinó el narizón, bamboleó, rodeando con las manos en las ancas y “voy porque voy, ella es mi amiga de infancia, no puedo afrontarla negándome al usufructo de tan portentoso deleite...”. Pronto. Dio en el que dio...
Ahora sé ahí. Manceba prendada, de celestial hermosura, engalanada con los más arrebatados encantos, de cuerpo escultural – no se puede negar lo que los ojos ven -, pero, avanzada en años, sin que encuentre uno pretendiente que sea, uno sólo, para conducirla a las tan soñadas honras del himeneo. Y es de esa manera como estoy diciéndole. Hasta Santo Antonio (el pobre Santo), estresado por tantas y tan angustiadas súplicas, siempre alternadas por amenazas y castigos – como lo de retirar de sus brazos y ocultar la imagen del niño Jesús – sólo halló un jeito de poner cobro a tan desapiadadas arbitrariedades: sumió, se evaporó sin dejar rastro.
Ya no era sin tiempo, infeliz. Vivía en un sufrimiento que nadie evalúa. Hasta puedo imaginarlo saliendo de pie ante pie allí por aquella puerta de la cocina, con sus sacrosantas vistes arribadas hasta en las rodillas para no amasar o rasgar; las sandalias de cuero crudo, novas, en la mano izquierda, pues acostumbran hacer ruidos a cada movimiento. Espiando para tras resabiado, aunque dando gracias a Dios por librarse de tan tenebrosas agruras. Y el crucifijo en la mano derecha, para espantar las inmundicias que vaguean por las madrugadas y, más importante, no alarmar los cachorros, pues Militão, Jaó y Tieta, que duermen bien allí, bajo aquel depósito, tienen oídos entrenados en cazar animal del floresta y, en el oscuro, es bien capaz de no identificar o no saber discernir entre una santa figura y un animal de tipo extraño y desconocido. Asunta todo que le explico: conciencia de cachorro no es semejante al de persona, no, ya que posee estructura filamentosa muy diferente. La natural sapiencia acomodó todo consonante la necesidad.
Con certeza él caminó pie ante pie hasta en aquel alto, bien donde queda el vieja árbol bien grande a que llaman “Jacarandá”; allá calzó las sandalias, arrumo el espinazo, hizo lo señal de la Cruz en su cuerpo y acostó la vegetación del pasto hasta allá debajo. Después fue fácil: pasó bajo del cercado y abrió carrera en la carretera antes que alguien sintiera su falta.
Sólo puedo creer que fue exactamente así. Pues se hasta el más tranquilo de los hombres estremece delante de las tempestades intuitivas de una mujer, imagine el desventurado del bendito en la carrera. ¡Dios libre y guarde! Nadie merece una vida tan triste, no señor.
Nadie sabe la dirección que él tomó, pero, con la notoriedad que tiene, no hay de quedar desempleado, principalmente por esos parajes. Inclusive porque su hoja de buenos servicios proporcionados es lejos e impecable. Bueno, por lo menos hasta el pueblo quedar sabiendo de esa narración…
Acá por mí, ya fue es tarde. Pues si la propia población habla que Santo de casa no hace milagros. Da para entender muy bien ese prescrito, pero, que tiene un poco de injusticia tiene, sí señor. Yo explico. Santo que es bien tratado en una casa si acostumbra demasiado con la familia. En el inicio ele esforzase para atender a los pedidos, siempre variados y constantes. Unos envuelven angustias y dolores, otros meramente vanidad; algunos mesclan insólitos desvaríos, tan relucientes de extrapolada presunción que es bueno ni especular, hago oídos de mercador.
Si el infeliz del Santo adopta el criterio de atender prontamente los pedidos recibidos, los mendicantes relajan las obligaciones y, por cualquier necesidad, por menor que sea, allá van ellos inquietar el pobre, en vez de arregazar las mangas y buscar aquello que desean con la fe en Dios y el esfuerzo personal. A toda y cualquier hora va a tener aglomeración en el frente del Santo, con las manos puestas orando, lágrimas lastimadas escurriendo del ojos y descorriendo por la mejilla y con el rosario suspenso en el dedo, deseosa que llegue luego su vez de, frente el frente, transmitir a aquel virtuoso emisario divino sus aflictivos martirios. Aflictivos martirios, sé... Si, al contrario, el Santo tarda en atender los suplicantes, para incentivarlos a la dedicación y empeño visando a la adquisición de los necesarios merecimientos, se verá rodeado de velas quemando día y noche, la espalda ardiendo de tanto quedar de pie; y la cara, o mejor, su Sagrado semblante, chamuscado por el calor emitido por la luminosidad originada de tantas velas. Si ese no sea castigo, no sé cómo llamar. Sólo quien sabe lo que es vida de Santo puede evaluar tamaña penuria a gozo de santidad.
Sin hablar en el montón de cera que siempre se forma a los pies de la imagen, pues las muchas velas quemando prójimas unas de las otras contribuyen para que el calor de una apresure a quema de la otra y, consecuentemente, el derretimiento de todas ocurre en pequeño espacio de tiempo. La exacerbada demostración de fe de los suplicantes sólo hace aumentar el suplicio del Santo condenado. El desgraciado se ve desnudo, en las llamas del infierno, mientras el demonio le arranca el cuero del lomo a golpes de azote para delectación de los impiedosos impenitentes. Válganos, Dios.
ES salvo por la fe. De él. Si dependiera de la fe de la muchacha que busca, que busca no, que aguarda sentada, la llegada del príncipe ardientemente deseado, el pobre Santo hay muy ya habría sido supliciado por Cerbero, la pavorosa cría de tres cabezas, guardián de la puerta del infierno. ¡Credo en cruz tres veces!
En el transcurso de esa narrativa me viene al recuerdo un costumbre ya hay muy olvidado.
El historiador Heródoto, de Halicarnasso, que vivió antes de Cristo y es considerado el “Padre de la Historia”, narra una de las bellas tradiciones cultivadas por los babilonios. Según él, los casamientos eran realizados una vez por año en cada villa o ciudad de la Babilonia. En la fecha aplazada, después de previa divulgación del dicho evento, bastante concurrido, se reunían los elegantes hombres interesados en encontrar y adquirir una buena moza para matrimonio. El responsable por la subasta que fuera designado recibía las doncellas pretendientes y las dividía en dos grupos: en el primero lote quedaban las doncellas bonitas, educadas y de familias que detenían posiciones de prestigio en la sociedad; el otro lote englobaba las jóvenes feas, las de familias pobres y las que tenían alguna deficiencia. La licitación comenzaba por las doncellitas bonitas, del primer grupo, con los interesados haciendo lances, visando adquirir las deseadas doncellas para desposar, observados las costumbres. Las mozas muy bonitas eran disputadas por muchos interesados, aquellos mejor situados en la escala social – llenos de dinero para investir -, por lo tanto, eran vendidas siempre por precios elevados.
Concluido el negocio de las doncellas más bien dotadas de cuerpo y fisionomía comenzaba la subasta de las seleccionadas del segundo grupo. Ese funcionaba al contrario. El responsable por la subasta partía llamando las chicas, una de cada vez, y comenzaba haciendo ofertas para los posibles interesados en aceptar llevar una de las chicas y casarse. Las ofertas colocadas por él comenzaban por valores bajos; los pretendientes es que empujaban el precio para cima, visando obtener un bueno valor en la concretización del negocio. Ninguna moza doncella quedaba sin esposo, pues el dinero ajuntado en la venta de las más bonitas era empleado como incentivo para los hombres rematen las chicas de la, expliquemos, segunda división.
Pero, había criterios vigentes que eran rigurosamente obedecidos. El comprador tenía que ofrecer, como garantía, la palabra de una persona idónea afianzando que la boda se realizaría. Si la boda no se realizara por desentendimiento entre los dos era preciso devolver el dinero; y la chica volvía a la subasta el año siguiente.
No se tiene noticia de ningún otro pueblo que haya adoptado esta costumbre u otro parecido. En nuestra cultura se casa por amor o entonces... se inclina la imagen de Santo Antonio de cabeza para bajo dentro de un copo de agua.
En ese mundo tres cosas no tienen recurso...

terça-feira, 10 de novembro de 2009

NUEVOS RUMBOS PARA La HUMANIDAD

NUEVOS RUMBOS PARA La HUMANIDAD

A pesar de lo descrédito general y de la ignorancia criminalmente sustentada por las religiones la Humanidad tiene dato pasos importantes al largo de su caminada progresiva.
Vivimos actualmente una etapa de inestimable importancia, con experiencias que nos conducirán a niveles de comprensión mucho más anchos y profundos que los hasta ahora distinguidos.
Las personas más ajustadas sueñan con el mundo cristiano del futuro; y el Divino Instructor afirmó que “Mi reino no es de ese mundo”, pues, siendo la expresión legítima del AMOR-SABIDURÍA él sólo reinaría sobre personas que realmente ejercitasen lo AMOR en todas sus excelsas manifestaciones. Pero, a pesar de toda la precaria actuación de nuestros legisladores las leyes humanas se encaminan lentamente para la gran Síntesis, visando alcanzar una estrecha sintonía con las leyes superiores. Da para percibir nítidamente el adelanto, a pesar de tímido y lento.
El año de 1988 fue decisivo para esa Humanidad: la Tierra pasó a recibir las energías del Centro del Cosmos a través de la Constelación de Acuario, que a transmuta antes de proyectarla en nuestro Sol, que la transmite a la familia de mundos que componen nuestro Sistema. El proceso de transmutación comprende sólo la reducción de la intensidad de la energía para 10% de la intensidad original, proceso que también es utilizado en Brasil por las compañías hidroeléctricas con sus líneas de transmisión hasta los puntos subsecuentes y qué hasta los consumidores.
Pero, durante la transmutación una de las estrellas incorpora su fuerza energética, representada por una energía más incisiva que nos invita a la reflexión a través de la interiorización.
Captada por el Sol la energía recibe otra vibración antes de ser proyectada en la Tierra, donde es recibida por el Mundo Encantado, situado bajo el Himalaya, que hace la distribución para los siete centros energéticos del planeta.
Gracias a la energía de Acuario toda la raza humana terrestre pudo acelerar su proceso evolutivo.
A finales de 1987 los astrónomos visualizaran un planeta que se desplazaba en el espacio en una trayectoria que lo llevaría a chocarse con la Tierra. El hecho fue ampliamente divulgado por los medios de comunicación, principalmente por las emisoras de televisión. Aquel planeta, en la verdad, hube emergido del Sol y su objetivo era emparrillarse con la Tierra a una distancia semejante a que nos separa de la Luna. Su proximidad y su altísima temperatura provocarían el derretimiento de la cobertura das regiones polares; y los Seres humanos que estuvieran en la misma frecuencia vibratoria se transferirían para él. Concluida la transferencia él sería nuevamente desplazado para un punto de la galaxia, donde se posicionaría. Los Seres que aquí permanecieran habrían pasado por una radical transformación psíquica y física y darían inicio a la próxima raza humana.
Pero, el propósito fue suspendido y modificado. Era preciso dar más tiempo para la raza humana, por razones que abordaremos en otro texto. El tan hablado Juicio Final fue concluido en 1988 y de allá para acá los desentendimientos entre personas, familias y naciones recrudecieran; y la violencia aumentó, pues las fuerzas negativas, sabiéndose vencidas, incentivan la reencarnación de Entes que fueron víctimas de injusticias en el pasado para operar reajustes haciendo cobranzas terribles en consonancia con la primitiva comprensión del “ojo por ojo, diente por diente”. Paralelamente, la temperatura del planeta viene aumentando gradualmente, pues el fuego cósmico alcanza la superficie terrestre penetrando por el agujero en la capa de ozono, que posee también el objetivo de facilitar la evacuación de parte de la polución, pues sin esa medida la vida humana ya habría alcanzado niveles prójimos al insoportable, considerándose que más de 150 mil personas desencarnan por año sólo a consecuencia de la lluvia ácida.
Muchos ajustes y correcciones ocurren también entre pueblos y naciones: el desmembramiento de la Unión Soviética, la caída del muro de Berlín; la creación de los bloques económicos, etc.
En Brasil también son visibles los progresos impulsados por la acción de la Orden Cósmica: la Constitución de 1988, la creación del Ministerio Público, el Estatuto del Niño y del Adolescente, el Estatuto del Anciano, las acciones de protección a la maternidad, la implementación de acciones de valorización de la ciudadanía, la conciencia preservacioncita, la defensa de los Derechos Humanos, etc.
La desigualdad social es uno de los males de nuestra sociedad, pues las fuerzas involucionarías, que controlan 100% de la energía monetaria, incentivan la circulación del dinero de donde tiene menos para donde tiene más, lo que provoca la concentración de renta y riquezas, muchas veces de manera deshonesta y por medios espurios e inconfesables. La falta de una Educación espiritualizada y la orden económica vigente que induce al consumo desenfrenado llevan el Ser humano a preocuparse con el TENER en desprecio por el SER.
Cuando se dice que “es preciso estudiar para ser alguien en la vida” está pensándose sólo en conseguir un buen empleo con buen salario para poder poseer casa bonita y confortable, llena de bojigangas electrónicas y todos los objetos que la propaganda exhibe a nuestros ojos y martilla ininterrumpidamente en nuestros oídos. Y las fuerzas contrarias controlan también 100% de la energía sexual, 90% de la opinión pública y 90% de los medios de comunicación asegurando así su dominio sobre toda la vida planetaria. Solamente con mucha lucha alcanzaremos a tan soñada nueva orden.
Sabemos que en niveles más elevados de conciencia los Seres humanos viven en absoluta unió y sin las relaciones de parentesco que conocemos aquí en la Tierra. Y actualmente ya constatamos, aún tímidamente, los primeros indicios de los preparativos para tal ascenso. Hay ancianos sosteniendo familias en dificultades económicas o financieras; y en torno a quinientas mil adolescentes haciéndose madres todos los años, con sus hijos, en la mayoría de los casos, creados por sus familias y por ellas mismas. Hay quien vea en eses hechos graves desajustes sociales, pero, la verdad es que ellos apuntan para rumbos que sólo en el futuro entenderemos.
También en los niveles más ennoblecidos, donde todos se relacionan como hermanos, con la conciencia polarizada horizontalmente y sin vanidades o ambición no existe el sexo material como conocemos, inclusive, porque los cuerpos humanos no son hechos de materia tan grosera. Un cuerpo es usado por un Ser que lo coloca a la disposición de otro cuando concluye su misión y va a retornar. De esa forma no es preciso elaborar un nuevo cuerpo toda vez que un hermano llegue para cumplir una misión de progreso.
Nuestros ensayos en esa dirección ya son constatados cuando una familia lega los órganos de un pariente que retornó al nivel espiritual. Infelizmente, aún no se comprende totalmente que el importante es lo Ente que retorna y reiniciará brevemente una nueva jornada; el cuerpo es sólo una ropa que usamos mientras necesario y después nos deshacemos de ella para poder seguir viaje. El alma sólo puede llevar aquello que es realmente suyo, sólo lo que le es necesario: su equipaje formateada en las luchas y experiencias durante la corta permanencia en ese modesto y aún tímido designio existencial, pues cada uno es juez de sí mismo y hay muchas viviendas en la Casa Celestial, por lo tanto, es preciso definir aquí, mientras podemos, adónde vamos a vivir cuando lleguemos allá. Sólo depende de nosotros.

segunda-feira, 2 de novembro de 2009

El AMOR EN La FORMACIÓN SOCIAL DE BRASIL

El AMOR EN La FORMACIÓN SOCIAL DE BRASIL

¿Por dónde andará el tan decantado Amor?

Examinándose a nuestra vuelta, se percibe sólo un vacío silencioso y desolador, estremecido aquí y allí sólo por la cantilena monótona de los cantadores típicos de ritmos populares que, con sus letras repetitivas intentan persistentemente, en los hacer creer en el romanticismo grotesco por ellas preconizado y exhaustivamente amartelad en nuestros oídos, a punto de formar calos en nuestros ya sufridos tímpanos.

¿Pero, si las canciones de mayor éxito en los medios de divulgación son las que hablan de Amor, como explicar el desaparecimiento del dicho cuyo?
Desde la antigüedad que el Amor es cantado en prosa y verso. Cuando el enamorado príncipe Páris, de Troia, raptó la seductora Helena, esposa de Menelau, la Grecia entera se inflamó; y después de diez años de intensos combates Troia volcó escombros. Por Amor Dante Alighieri colocó Beatriz, su pasión, como su salvadora en La Divina Comedia; y Ulises consiguió retornar a los brazos y abrazos de su amada Penélope, que lo esperó por veinte años.
Ejemplos enternecedores de pasiones avasalladoras ilustran centenas de publicaciones por toda Europa medieval; y en esa escuela los escritores brasileños formatearan su equipaje académica. Quién lee los romances y poemas publicados en Brasil al largo de los siglos 18 y 19, siente envidia de las parejas de aquella época. Textos elaborados por escritores inspirados no en la realidad vivida, pero, en el modelo que idealizaban para dar embasamiento a los sueños de una sociedad que se construiría a partir de los moldees sugeridos. Pena que no dio correcto. La realidad de la sociedad, con su cuotidiano rudo y cruel, suplantó las románticas intenciones de los literatos.

La voz del pueblo se impuso en los usos y costumbres, ignorando la suavidad de las páginas literarias. En un país de ancha extensión geográfica, con personas prácticamente aisladas en los más distantes lugares y sin acceso la educación y cultura, sólo podrían prevalecer los valores locales, alterados lentamente por las eventuales novedades traídas por los raros forasteros, de entre estos, los mercantes, que sólo paraban por el tiempo necesario para deshacerse de las mercancías traídas y poner nuevamente el pie en la carretera.

Las pequeñas localidades siempre se esforzaron para erigir una bella y suntuosa iglesia, como irrefutable demostración de fe, pero, casi nunca manifestaron idéntico entusiasmo para edificar una escuela. Con la influencia de la religión orientando usos el costumbres e instituyendo reglas de comportamiento social, os eventos culturales se resumían a los festejos religiosos, sobresaliendo entre ellas, las conmemoraciones de Natal, as cuadrillas de São João; y hasta lo “escarnio del Judas” se hacía una atracción imperdible. Era el suficiente para una comunidad estructurada bajo los principios de la Iglesia, pero, insuficientes para una sociedad que necesitaba se estructurar y acompañar el desarrollo en ascenso en las grandes ciudades de Brasil y del mundo. En esa sociedad vigoraba el patriarcalismo, con los agricultores propietarios de anchas extensiones de tierra y muchos esclavos; y propiedades rurales casi autónomas, bien poco dependientes del núcleo urbanizado.
En este cuadro social como difundir cultura y educación se faltaban recursos humanos y financieros, pues desde el inicio de la colonización hasta la Independencia de Brasil (1822) las preocupaciones de las autoridades raramente se volvieron en esa dirección; y a partir del inicio del primer Imperio hasta la proclamación de la República (1889) el país enfrentó problemas de producción agrícola, de exportaciones, de deudas contraídas, revoluciones internas, guerra con Paraguay y todo el proceso que llevó a la abolición de la esclavitud con la consecuente transición para un sistema de mercado libre. ES evidente que la realidad Social, Económica e Cultural fue determinante para a ascenso y predominancia de modeles de comportamiento incompatibles con el romanticismo preconizado por los escritores y poetas. Los bellos romances y poemas eran leídos por pocas personas y raramente llegaban a las pequeñas y distantes localidades, donde ellos más se hacían necesarios y donde serían más útiles.


En el lugar del Amor se imponía una obligación; un gesto de indiferencia o un tabefe en el rostro como retribución a una caricia afectuosa; un látigo siempre pronto para punir una travesura de los
hijos, para endientar el modo independiente de pensar de la hija
soñadora y para opinar sobre el atrevimiento de la su mujer que osó manifestar uno disgusto.
La libertad de hablar o de opinar era exclusividad del patriarca.



Tanto en el pequeño feudo rural como en el tímido núcleo urbanizado el absolutismo patriarcal dictaba las reglas de comportamiento y hasta la etiqueta social. Si una autoridad o una figura relevante de la sociedad visitara la hacienda y quedara para dormir, el anfitrión mandaba una esclava, casi siempre una niña entre diez y doce años, ir pro cuarto del visitante “hacerle las ganas”. La dignidad de la mujer esclava siempre fue reconocida por su amo como uno mimo a ser ofrecido a los visitantes y, eventualmente, para su deleite personal. También nuestros dos emperadores, Pedro padre y Pedro hijo, tenían subalternos encargados de recorrer las haciendas e identificar niñas esclavas entre diez y doce años que serían llevadas al palacio para una noche en lo lecho de Su Majestad. El día siguiente la esclava recibía un presente y era llevada de vuelta a su propietario. (La explotación sexual de niños ya viene de larga fecha).
¿Cómo irían aquellas niñas entender el Amor se crecían bajo lo látigo del fautor?

¿Cómo comprender el sexo se eran violentadas para la satisfacción egoistica de una respetable autoridad?

¿Cómo entender la vida se eran sólo mercancías adquiridas en el mercado y podían ser negociadas a cualquier momento por sus propietarios?

¿Cómo tener esperanza se veían los hermanos de su color sean azotados, trabajando hasta la agotamiento; y el hacendero blanco violentando a la chicoteadas los propios hijos y esposa?

De la “senzala” no era de esperarse un aliento de esperanza para la salvaguardar el Amor. Aún así, expuestas a los castigos corporales y a todo tipo de humillación e discriminación, las mujeres negras intentaron. Cuando la amas, aún niña, no podía amamantar el hijo, una de ellas se hacía “ama-de-leche”; y para cuidar del hijo ya desmamado otra se hacía “ama-seca”.
¡Y con qué Amor ellas cuidaban de los niños! Y asistían la ama blanca, tratando las marcas que golpes y puntapiés le dejaban en el cuerpo; y amenizando, con actitudes tiernas y cariñosas, las heridas que permanecían en el alma. En los cuidados con los niños ellas crearon hasta vocabulario propio, enriqueciendo nuestro idioma. Así, cagar volcó hacer cocó; tomar el “mingau, la papa” del almuerzo, papá; dormir pasó a ser naná; y orinar se hizo hacer xixi.
¡Cuánta ternura venida de donde los hombres blancos menos esperaban! Ellas creaban comidas, dulces y licores deliciosos para agradar el amo y sus constantes visitantes – los elogios eran recogidos por el señor, nunca por la ama. Y con los restos de carne que eran enviados para la alimentación de los cautivos da "senzala" crearon la “feijoada”, que se haría uno de los platos más apreciados de la culinaria brasileña. Atendían a todos con inmenso placer y dedicación y buscaban satisfacer todos los gustos del amo y de la su esposa, pero, no escapaban del yugo implacable del azote, que vivía en la mano del señor feudal como un cetro a simbolizar su poder absoluto.

¿Como el Amor habría de sobrevivir en un ambiente social tan nefasto a sus sublimes emanaciones?

¿Con el romanticismo de los literatos recluso en las páginas de los libros a mofar en las estantes de unos pocos privilegiados?

¿Sin escuelas y con un medio social avieso y ajeno a la manifestaciones culturales?

¿Impidiéndose la libre manifestación del pensamiento de los niños y jóvenes y, consecuentemente, impidiendo toda y cualquier contribución que consiguiesen proporcionar a la evolución del tejido social?

Entenderemos mejor lo presente en partir de un estudio amplio y profundo del pasado, para entonces reorientar nuestro comportamiento con vistas al futuro que anhelamos para nosotros y para la sociedad.

João Cândido de Silva Neto

sábado, 31 de outubro de 2009

AGUAS DEL RÍO CARINHANHA

AGUAS DEL RÍO CARINHANHA

Lúcidas, transparentes,
Transcurren mansas, indiferentes.
El lecho, trazado por manos invisibles,
Le define la dirección – la imensidão.
El trayecto sinuoso no disfraza los sueños que,
Sumergidos a los ojos humanos,
Emergen a la superficie como si para besar
El ave canora que en su vuelo rasante
Parece afrontar la soberanía de la líquida llanura.

Las márgenes delimitadas intentan respetar el curso establecido
Y fingen imponer límites a la insensatez humana.
Un proyecto de vida y esperanza parece perpetuarse
En las manos de cada lavandera que, en la persistencia del trabajo,
Atesta la tenacidad del río en seguir alimentando y amparando
La lucha de la existencia.

Aguas del Carinhanha,
Límpidas, veloces,
Sieguen formateando conchabos, definiendo siluetas,
En la supuesta línea de horizontes inexistentes, presentes,
Pero, en el espectro etéreo de los padecimientos voluntarios
A asombrar la frágil criatura humana.

Aguas del Carinhanha,
Bellas, soberanas,
Buscan refugio en la suavidad de una voz femenina que,
Inmensa de labores, le dedica las notas de una sencilla canción.

Cae la tarde.
Una brisa suave envuelve la tierna voz que canta;
Y acaricia dócilmente la líquida superficie.
La noche ya disemina rayos color de ceniza,
Recubriendo el suelo antes de extender su delicado manto negro.

Aguas del Carinhanha,
Envueltas en el manto de la noche sieguen
Determinadas, majestosas;
Esplendorosamente bellas
En la profundidad de un misterio inconteste.

João Cândido da Silva Neto