Quem sou eu

Minha foto
Brasileño, pernambucano de Afogados de la Ingazeira, 56 años (viudo hay 11), 3 hijas, 4 nietas y un nieto, solitario, espiritualista

Seguidores

quarta-feira, 11 de novembro de 2009

ETAPAS DE La EVOLUCIÓN HUMANA

ETAPAS DE La EVOLUCIÓN HUMANA


Una antigua leyenda, surgida en la Caldeia, relata que Dios, al intentar crear el Hombre, modeló una imagen de barro y llevó al horno. Al retirarla notó que tenía tostado demás, quedando negra. Así fue creada la primera raza humana.
Una nueva imagen fue modelada y llevada al horno por menos tiempo, quedando púrpura. Y a partir de ella Dios creó la segunda raza, de piel roja. Y así, reduciendo el tiempo de exposición al fuego fueron creadas la tercera raza (piel amarilla) y la cuarta, actual, de piel blanca.
El relato es demasiado simplista, pero, el propio texto bíblico, desarrollado posteriormente, sostiene la misma explicación para el surgimiento del hombre en la superficie planetaria.
Intensos y profundizados estudios espiritualistas, desarrollados por diversas corrientes de pensamiento y utilizando variados métodos de investigación y observación, vienen, al largo de los siglos y, principalmente en las últimas décadas, buscando explicaciones cada vez más coherentes para ofrecer respuestas a las indagaciones. Sabemos, actualmente, que muchas verdades fueron tomadas como leyendas fantasiosas y, de otro lado, muchas leyendas y mentiras creadas fueron impuestas como verdades absolutas. Hay, sin embargo, relatos creados para disfrazar, o, por lo menos, hacer digerible, verdades que, por su carácter insólito, no serían aceptas o comprendidas por el pueblo. Son así las parábolas bíblicas y muchas historias y leyendas de conocimiento y dominio general.
Fue preciso que marineros asustados singlasen mares desconocidos en toscas carabelas de madera para comprobar que no existían monstruos marinos engullidores de barcos o devoradores de hombres; y que la Tierra no era cuadrada. Se afirmaba que la Tierra era el centro del Universo, hasta Nicolau Copérnico afirmar el contrario; y la Astronomía moderna mostrar que somos sólo una minúscula esfera rodeada por billones de cuerpos celestes a componer la extensión del Cosmos.

(Nuestro Sol es 1.300.000 veces mayor que la Tierra y está, en media, a una distancia de 150 millones de kilómetros. La estrella Capela es 5.040 veces mayor que nuestro Sol).

O, en las declaraciones de estudiosos esotéricos: El Sistema Planetario de Ors es compuesto por nueve planetas (ocho de ellos girando en torno al Sol); integra la galaxia Vía Láctea (Ruta Lechosa), componente del Universo Éfeso, uno de los siete universos que forman el Cosmos.
Se creía que nuestro Sistema Planetario se componía de seis planetas hasta 1781 cuando descubrieron el séptimo, 1830 cuando descubrieron el octavo y el noveno descubierto ya a finales del siglo XIX; y en ese inicio del siglo XXI constatamos que son sólo ocho. Hay décadas estudiosos espiritualistas afirman que nuestro sistema planetario se compone de ocho planetas girando en torno al Sol; aquel que se suponía ser un planeta es, en la verdad, una base intergaláctica construida por ingenieros siderales para dar apoyo a sus operaciones en esa parte de la galaxia. Hace cincuenta años ya se sabe que la Tierra es cueva, con muy grande subterráneo, y que la superficie interna es habitad por una raza pacífica, existiendo en perfecta armonía. Las extensas áreas de nieves que se conservan en los extremos Norte y Sur funcionan, también, como barreras naturales a impedir el libre tránsito de personas o vehículos en las dos direcciones; las aperturas para al espacio interior justifican el desvío en la brújula, que no apunta exactamente el Norte y el Sur.
Científicos buscan vestigios de agua en los cuerpos celestes más próximos, por considerarla el elemento primordial para existencia de vida, pero, de vida humana nos moldees conocidos aquí en la Tierra. No se ignora, sin embargo, la existencia de vida en niveles diferenciados de aquellos por nosotros conocidos en la tímida dimensión en que presentemente evolucionamos.
Estudios espiritualistas afirman sean casi mil los planetas de nivel comparable al de la Tierra sólo en esa galaxia; y que los mundos habitados con vida humana semejante a los niveles terrestres representan sólo 0,5% del total, constituyendo la parcela de nivel evolutivo más reculado del Cosmos. Reconocen los espiritualistas haber sido la raza humana actual implantada por el habitantes de la estrella Capela, considerados “jardineros del espacio”, de ahí los adeptos de la doctrina de Allan Kardec afirmar seamos “capelinos” (“Hagamos el Hombre a nuestra semejanza”).
Afirman estudiosos esotéricos que cada raza humana implantada en la superficie terrestre evoluciona según el régimen previamente elaborado y, en el final, es sustituida por otra con objetivos de progreso más elevados, cuando entonces el planeta se inclina 180º pasando el Norte a ser Sur, provocando la desaparición de la civilización.

En el caso de la actual raza, la cuarta ya implantada, esto explicaría la desaparición de Atlántida (3ª raza) y del muy gran continente (Pangea); y el porqué de varias regiones, inclusive en Brasil, ya hayan sido fondo de océano, poseyendo aún suelo arenoso y agua salobre. La inclinación de 180º altera también la polaridad de la raza, pues la civilización atlante tenía polaridad femenina, invirtiendo para el masculino en la raza actual y será nuevamente femenina en la 5ª raza, cuyos caracteres de comportamiento ya están listos.
Vivimos en tres dimensiones, que pueden ser así entendidas:

1ª – físico-etéreo, cuyo centro energético es representado por una rótula posicionada en el centro del cuerpo humano;

2ª – emocional, cuyo centro es el corazón, sede del alma y motor del cuerpo;

3ª – mental-concreto, cuyo centro energético se sitúa en el cerebro, sede de la inteligencia.

Todos los seres humanos ya tienen contacto, en mayor o más pequeño grado, con la INTUIÇÃO, puerta de entrada para a 4ª dimensión.
Por el físico-etéreo recibimos energía del espacio a nuestra vuelta y somos influenciados por energías provenientes de los astros y planetas próximos desde nuestro nacimiento en la superficie planetaria. La propia alma humana es pura energía concentrada, que sólo deja el cuerpo cuando este pierde la capacidad de acoger la vida. Santo Agustino ya hube afirmado en su libro Confesiones que “morimos todas las noches”, refiriéndose al hecho de que, al acostemos para dormir, los cinco reflexiones del cuerpo se relajan y se desarman, ocasión en que el alma, aún atada al cuerpo a través de centenas de lazos, goza de cierta libertad y se proyecta al espacio, yendo a desarrollar una vida de relaciones, prestar servicios y asimilar energía cósmica indispensable al enfrentamiento de las adversidades en ese taller de trabajo y aprendizaje que es el planeta Tierra. Y es por las cinco reflexiones que asimilamos energía, conocimientos e informaciones para alimentar los niveles Emocional (corazón) y Mental-Concreto (cerebro). Pero solamente por las palabras pronunciadas transmitimos lo que tenemos en el corazón y en la mente, a través de la emisión de sentimientos y pensamientos positivos (derivados del Amor) o negativos (derivados del Odio). Razón porque el Divino Instructor afirmó: “Por tus palabras serás justificado, por tus palabras serás condenado”.

Cada Ser, por lo tanto, tutee como su propio juez, pues cada acción y cada palabra quedan registradas en el éter cósmico, en cuenta individual, en una película individual registrando toda su existencia planetaria. Se reconoce que la vida es una sólo; las encarnaciones se suceden en la superficie, pues el alma no tendría condiciones de cumplir toda su trayectoria evolutiva de una única vez, utilizando un cuerpo físico que se desgasta por la acción inexorable de la rotación planetaria y otras intemperies del cotidiano.
Cuando nuestro planeta se inclinó 180º y Atlántida desapareció, un grupo numeroso de personas que no fueron alcanzadas por los desmoronamientos y explosiones permaneció reunido en la confluencia de los ríos Tigre y Éufrates, actualmente territorio de Irak. Después de una evaluación de los acontecimientos decidieron reorganizar sus vidas e iniciar las bases de una nueva civilización, con la misma paz y armonía ya conocidas. De ese grupo derivaron varios pueblos de la antigüedad que, diseminados por la región, dieron importantes contribuciones para el avance de la raza actual, destacándose, entre ellas, la cerámica, el vidrio, la escultura, los tejidos y hasta la cerveza. El propio rey Hamurab, de Babilonia, implantó un código de leyes tan avanzado para la época que hasta hoy nos causa admiración. Y fue en esa época y región que surgió la leyenda que da inicio a ese ensayo.
Se acepta la idea de la evolución progresiva de los cuatro reinos (mineral, vegetal, animal y humano) y reconocemos que la vida surgió y evolucionó a partir del agua, inclusive manteniéndose la proporción, pues la cantidad de agua en la superficie planetaria es proporcional a la cantidad de agua contenida en el cuerpo humano.
El mismo proceso evolutivo se aplica a los cuerpos humanos, pues el alma (espiritual) ocupa y anima un cuerpo de naturaleza animal, cuyo funcionamiento orgánico es propio del reino vegetal, poseyendo aún residuos del reino mineral (Hierro, calcio, etc.) a indicar que, en el proceso evolutivo, tendremos por el frente etapas en que los cuerpos irán, gradualmente, si depurando de las impurezas de la materia y el reino mineral será el prójimo a ser eliminado, del cual ya nos distanciamos bastante. A medida que vamos suprimiendo la influencia de la materia grosera, abrimos espacio para una mayor actuación del alma, en la elaboración de aspectos espirituales cada vez más amplios y elevados. Este proceso es acelerado cuando abandonamos el hábito de comer carne, despreciamos adicciones como alcoholismo y tebaísmo y reeducamos nuestro comportamiento ante la familia y la sociedad.
Paralelamente, la adopción de hábitos saludables a la salud del cuerpo y del alma y la implicación con lecturas y prácticas más espiritualizadas, que conduzcan el alma la reflexiones y su interiorización contribuyen decisivamente para el avance espiritual.
Para corroborar las afirmaciones de progreso evolutivo continuo acordemos lo que afirman los espiritualistas acerca de las etapas cumplidas y a ser cumplidas por cada raza:
1ª raza (piel negra): Desarrolló el plexo físico-eterio, que representa nuestro Sol-interior, llegando a alcanzar la edificación de las sensaciones y emociones;

2ª raza (piel roja): Evolucionó a partir de las sensaciones y emociones, llegando a alcanzar las emociones superiores;

3ª raza (piel amarilla): Evolucionó a partir de las emociones superiores alcanzando la inteligencia concreta;

4ª raza (piel blanca): ES la raza actual. Partiendo de la inteligencia concreta deberá alcanzar la inteligencia abstracta. Solamente los seres humanos que alcanzar el grado de aproveitamento previsto partirán para componer a 5ª raza; los demás serán transferidos para otros planetas, donde darán proseguimiento al proceso evolutivo, a partir del nivele en que se encuentren cuando de la transición (que ya se aproxima);

5ª raza: Partirá de la inteligencia abstracta y deberá alcanzar la percepción espiritual;

6ª raza: Evolucionará a partir de la percepción espiritual hasta alcanzar la Conciencia Cósmica.

A partir de la 6ª raza los caminos evolutivos prosiguen a través de etapas cada vez más elevadas, aún distantes de nuestra frágil comprensión. Si no comprendemos la vida humana en el nivel en que evolucionamos actualmente, no conseguiremos entender, siquiera, la vida en la aura del Sol que es, aún, un aspecto extremadamente pálido de la vida inalterable, o definitiva.
Conoceremos la verdad y ella nos liberará. Está escrito.

Nenhum comentário:

Postar um comentário